En Sabaneta antes sentaban a los muertos para tomarse fotos con ellos, así era la particular tradición

Foto: Cultura Sabaneta

Enterrar a un muerto no solo es cumplir con la función práctica de darle un reposo final al cuerpo, sino que también refleja las creencias y mitos arraigados en una comunidad. Sin embargo, con el paso del tiempo estas tradiciones pueden irse transformando.

Ese es el caso de Sabaneta, un municipio en el que anteriormente, según la página Cultura Sabaneta, cuando un sabaneteño partía del mundo terrenal, se le hacía un ritual, el cual comenzaba con la velación en la casa del difunto, donde era normal que las personas que acompañaban el velorio sentaran el cadáver y se tomaran una última foto con él.

Además, también era usual que cuando las personas no contaban con muchos dolientes, sus familiares contrataban a mujeres que eran conocidas como “plañideras”, las cuales asistían a la ceremonia con la función de llorar como si hubiesen conocido al muerto.

De cierto modo los entierros reflejaban la unión del pueblo, pues anteriormente estos actos eran todo un acontecimiento y un evento al cual todos querían asistir. Según fotografías de la época, la comunidad se disponía a acompañar y caminar en medio de un desfile que se realizaba con pasos lentos hasta llegar a la iglesia y posteriormente dirigirse al cementerio.

En ese recorrido se hacía una parada por el lugar donde el difunto había pasado la mayor parte de su vida o donde se creía que había sido feliz. Mientras se hacía el recorrido con el muerto por las calles, todos los negocios que se encontraban por el paso cerraban sus puertas y quitaban la música como muestra de respeto.