Es difícil pensar que en pleno siglo XXI, donde se cree que todo el mundo tiene acceso a la electricidad y que solo en las iglesias utilizan las velas, exista una fábrica de veladoras que al día elabore más de 1 millón de velas.
Más de 20 años de historia comercial y familiar refleja Induimperial, una fábrica de velas ubicada en la vereda La Doctora, en Sabaneta, que cuenta con más de 120 empleados originarios del municipio y del valle de Aburrá.
Entre parafinas, pabilos y celofán, “iluminan vidas y encienden luz” en todo el territorio Colombiano. Y a pesar de que se cree que la vela es un producto que ya no se utiliza, en induimperial demuestran que aún hay mucho por hablar de veladoras.
Son más de 1 millón de velas y alrededor de 32.000 unidades de velones diarios los que se fabrican en la empresa sabaneteña, y como lo dice su administrador, Pedro Pablo Sea, “hay mucha versatilidad en el producto por eso no se ha acabado”.
Eso sí que es verdad, porque las velas no solo son utilizadas en cuestiones religiosas. Hoy en día es común verlas en ambientes decorativos y muchas familias tanto en zonas rurales como en las grandes ciudades necesitan de este recurso para iluminar sus hogares.
Como toda empresa, Induimperial no ha estado exento de situaciones difíciles. Sin embargo, como lo manifiesta su administrador, han sabido superar de manera oportuna esos obstáculos. Prueba de ello fue la pandemia cuando les tocó cerrar por un mes completo, pero con todo y eso no se despidió a ningún trabajador.
«Tenemos una responsabilidad social con las personas, porque esta es una empresa de todos nosotros, de los que trabajamos aquí, de los que han trabajado y de los que podrán venir a trabajar», expresa Pedro.
Al ser una fábrica de velas, hay temporadas en las que sus ventas tienen un mayor incremento. Una de esas épocas es Semana Santa y diciembre, específicamente en el día de las velitas. Es tanto el trabajo que se realiza en los meses en los que se presentan esos eventos, que desde de enero inician a trabajar en la producción para dichas temporadas.
«EL 7 de diciembre para nosotros es muy fuerte porque somos líderes en el mercado a nivel nacional con temporada de la vela a color, que es la que utilizamos para esa fecha por tradición en Colombia».
El tiempo de fabricación de una vela varía dependiendo del grosor de la misma, ya que, entre más delgada más rápido es el proceso de creación en la máquina. Siendo así, lo que más se demora en fabricar es el velón porque es el más grueso.
En sus inicios en el año 2002, era Pablo quien se encargaba de realizar todo el trabajo, desde su fabricación hasta su distribución. Para ese entonces solo tenía la capacidad de crear 10 velones y 200 velas diarias.
“Empezamos muy de a poquito y hemos ido creciendo, la meta es exportar los productos a nivel internacional”, expresa Pablo, quien además, dice que el éxito de su empresa ha sido la calidad del producto.