El bar El Plebiscito ha sido un lugar de historias y encuentros de muchas generaciones en Sabaneta

Sabaneta tiene lugares que han sido emblemáticos en el municipio y si se mencionan sus nombres, posible muchos sabrán de qué se les habla.

Uno de esos lugares es El Plebiscito, un bar que existe en Sabaneta hace más de 60 años, y que su nombre se debe gracias al primer plebiscito que se realizó en Colombia en el año 1957. Su primer dueño, un político, fue quien se encargó de nombrarlo así.

El lugar que tiene un ambiente de cantina de pueblo, después de un tiempo pasó a manos de los papás de Alicia, una mujer que hoy en día tiene 69 años, y que la mayor parte de su vida estuvo metida en el bar, expresa que desde que tenía 8 años le ayudaba a su mamá a hacer aseo en El Plebiscito.

El lugar es un punto de referencia en el barrio Calle Larga, y por eso, han tenido muchos problemas, pues siempre que se presenta algún inconveniente o pelea en el sector, las personas llaman a las autoridades y dicen que es en el Plebiscito, por lo cual en varias ocasiones han hecho cerrar el lugar.

Por problemas de salud Alicia ya no está atendiendo el bar, dice que tiene un muchacho que le ayuda con eso, pero ella siempre está al pendiente de lo que pasa en el lugar que ha marcado su vida. Tanto así que no quiere que este desaparezca nunca.

Entre risas expresa: “mientras que yo esté viva el negocio sigue”, y es que nadie va a querer que desaparezca un lugar en donde a los clientes se les trata como si fueran familia.

“Si veía que había alguno muy borracho no dejaba que se fuera así, si era conocido llamábamos a alguien a que fuera por él, si no, esperábamos hasta que se le pasara la borrachera”, manifiesta Alicia entre risas.

Aunque ha pasado mucho tiempo y alrededor del bar se levantan construcciones modernas y grandes edificios, este lugar aún conserva la estructura de la época de los 50, pues no se le ha cambiado nada.

Anteriormente de música solo se ponía tango, bolero, guascas y otros géneros que le gustaban a las personas mayores que iban a el lugar, ahora dice Alicia, que “se pone de toda musiquita variadita porque ahí también llegan jóvenes”. En El Plebiscito se siente el ambiente de pueblo, donde la gente va a tomarse un tinto, donde van a dialogar, a jugar parqués, cartas y por qué no, a tomarse sus buenos tragos.